La moral tradicional recubre a la mujer con una sospecha que el violador no consigue soportar, pues esa sospecha revierte sobre él y sobre su incapacidad de gozar del derecho viril de ejercer el control moral sobre una mujer genérica. (...) El desacato de esa mujer genérica, emascula al violador, que restaura el poder masculino y su moral viril en el sistema colocándola en su lugar relativo mediante el acto (criminoso) que comete. (Series Universidad de Brasilia 2003)
Tuesday, January 15, 2008
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