Wednesday, July 14, 2010

Monday, July 12, 2010

Barrio Ejercito de los Andes

Ayer estuve en el barrio Ejercito de los Andes que vio crecer no solo a Carlos Tevez sino a la generacion 1.5 de muchas de las familias tobas con las que trabajo en en buenos aires. Ahora que Estoy casi cerrando el campo y despues de insitir a uno de las personas con las que trabajo, fuimos a visitar a una de sus hijas que nacio ahi y siguió viviendo en el lugar cuando sus padres se mudaron al barrio actual.

La historia que reconstruyo es como V. de unos 78 años, "pionero" en Buenos Aires desde 1955, estibador del puerto, que vivió en Dock Sud, Espeleta y finalmente recibe un departamento en Ejercito de los Andes, en Ciudadela. V. funda una de las primeras organizaciones indigenas interetnica que funciona en Buenos Aires y es un referente. Llegan mas familias del Chaco gente mayormente joven que se quedó sin tierra en la zona de Chaco central. Primero paran con conocidos en Ciudadela, pero luego empiezana pensar la idea de tomar unos locales vacios. Le preguntan a V que le parece y el aconceja hacerlo todos juntos y en un mosmo momento. Lo hacen. Viven ahi mucho tiempo pero sin agua, colgados a la luz. El hombre que me lleva tiene posibilidad de mudarse a un departamento, son unos 8 chicos en un caurto, los adultos en otro un living y un balcon. Es exactamente igual al que visito solo que con distinta orientación.
La mudanza en la familia a la que visito presenta controversias. Las hijas mas grandes no quieren mudarse, una de ellas permanece en el barrio, dos hijos mas ya tenían su propia vivienda precaria en la zona de villa.

Las familias tobas se organizan a partir de una reunion de padres de la escuela, se juntan otras familias en otras villas, mayormente ciudad oculta, unidas por lazos de parentesco arman una cooperativa de artesanías y comienzane el trabajo de en escuelas. A partir del contacto con un escuela catolica se logra la donacion de tierras por parte del obispado. La mayoría de los adultos de las familias, los que migraron del Chaco arman sus relatos presentando la vida en el barrio Ejercito como inaguantable, rodeada de violencia y de nuevos problemas como la droga que ellos desconocían. Llegar a Derqui fue la posibilidad de "volver a tener un espacio", casas despegadas unas de otras, fondos, arboles y verde. Algunos explicitamente hablan que fue casi como volver al Chaco, con su arboles y sus campos.

Con ese relato, reconstruido a partir de charlas con distintos miembros de esta familia, mas los de V y dos dirigentes del barrio, llegué a la visita. Nos encontramos en Liniers, tomamos un colectivo y unos 15 minutos mas tarde nos bajamos. Una cuadra mas adelante en una esquina empezaba una feria, abajo de un arbol mujeres de pollera larga y hombres de traje, parecian ser testigos de jehova o miembros de alguna otra iglesia. En la otra esquina una camioneta y 5 gendarmes con armas alrgas custodiaban una de las entradas con cierta indiferencia, charlaban y se reian como parte mas del domingo. Entramos entremedio de la feria, R me habia hablado de la feria, que se puede encontrar de todo y de hecho habia desde carnicería a choripanes, zapatillas y videos, nada muy distinto a otra muchas. Propuse comprar unas empanadas pero R me dijoq ue no que después volvíamos. El dia estaba muy feo, el cielo casi negro y al fondo las torres. Encaramos por una de las calles internas, que unen los distintos nudos, doblamos y en seguida se veía la "canchita" impecable que donó Tevez al barrio. Por supuesto habia chicos jugando. Me señalaron el nudo 2, ahí en una de las torres (no retuve el numero) habia vivido R en el piso 8. Propuse sacar una foto y me dijo primero que si y despues que mejor no, no volvía a sacra la maquina.

Subimos dos pisos y entramos al departamento super bien cuidado de L la hija de R. Eran las 12 Salude a los 3 hijos, al marido y por supuesto no me dejaron salir a comprar nada. Se largo a llover y el marido bajo a comprar pan. Tomamos cafe, charlamos, almorzamos, llovió aun mas y abandonamos la idea de salir a dar una vuelta, mas cafe, vimos la final del mundial.

Lo primero que me preguntaron fue "sos periodista no?" y ahi me di cuenta que asi como los "indigenas" tienen a sus antropologos y misioneros y gente de ongs, la gente de FA tiene a sus periodistas dandoles vueltas, observandolos y definiendo al barrio como el lugar mas peligroso del país. Le explique que me interesaba la historia de la gente de derqui y como llego a buenos aires, no se si es una opcion mejor a ser periodista.

Mientras cocinaba charle mucho con L. Primero de que le gusta mucho cocinar todo casero y recibir gente, que no le gustaba que sus invitados lleven algo, ni que se hagan vaquitas. Hablamos de donde compra las cosas y como cada nudo tiene varios locales que venden un poco de todo, desde varias panaderias a mercaditos. Ademas esta la feria varias veces por semana y me volvió a invitar a que vaya.

El marido de L, J, crecio ahi toda su vida, hasta hace dos años vivían en el departamento de su madre que es mas grande, de 3 cuartos. por la suegra de un cuñado se enteraron de esa casa y pudieron comprarla. Ambos me explicaron que los medios dicen cualquiercosa del barrio, que no lo conocen, que crean la imagen de que todos son delicuentes. Les digo que me molesta mucho cuando hablan asi de las villas, que no quieren hablar que en el barrio son aun mas trabajadores que en otros barrios. Enfatizan que desde que se generó esa idea que el barrio es un lugar de ladrones, en los 90 (leo notas que hablan de Jose de Zer como responsable) ya no se pudo dar vuelta. Todo empezo con un tiroteo muy fuerte con Chilenos que se refugiaron en una torre, las familias tobas estaban ahi abajo (una hermana me dice que es por ellos que quedó el nombre).

L me cuenta que hubo momentos en que en el barrio había de todos los uniformes, de los azules, de gorro rojo, de comando. Pero dice que desde entonces estaba mas tranquilo el barrio. Que había menos tiroteos. Pero dice que es como en cualquier otro barrio donde tambien hay robos y la policía le tira a los ladrones. Ella cuenta que nunca le robaron ahi. Al contrario las veces que le robaron fue en el barrio de ahora, le salieron del descampado y le sacaron plata. Otra vez le robaron una bici que era de V. Ella nunca se hayo bien en el barrio. Vivió dos meses y se volvió con su hermana que seguía en el barrio Ejercito. Ahí en un baile hace 15 años conoció al marido, se caso despues de 10 años y 2 hijos en el 2005.

Hablamos tambien de la iglesia y lo complicado de como educan las monjas, que nunca mandarían a su hija a una escuela de monjas, que las de enfrente del barrio (de R) discriminan. Que a ellos no los querían en el barrio por ser tan blancos. Hablamos de niños y como se organiza con sus chicos que van a a la escuela afuera del barrio, su hija salio mejor alumna del año pasado, por que le gusta y eso esta bueno. Del trabajo del marido en mantenimiento en Chacarita. Se pasan noticias sobre los otros hermanos, que se podrían encontrar J y uno de ellos para volver juntos un tramo en el tren. Hablan de creditos que tiene cada uno de los hijos de R, de como les va en el trabajo.

A eso de las 4:30 R me propuso volver. Al salir me dijo "viste que chiquito el lugar" pero a mi no me pareció mas chico que cualquier departamento. Le dije esto "pero no se puede hacer nada mas" Claro contruir otro caurto o ampliar la casa imposible le dije. Fuimos a la estacion caseros para volver por el otro lado.


No totalmente vinculado pero si algo, de vuelta en casa, Rafa leia esto.

En
 cuanto
 a
 nosotros,
 cuando
 vemos
 
 a
 profesores
 salidos
 de
 no
 se
 sabe
 qué
 “comité
 de
 vigilancia
 ciudadana”
 llegar
 a
 lloriquear
 en
 20‐ Heures
 que
 se
 ha
 quemado
 su
 escuela,
 recordamos
 cuántas
 veces
 lo
 habíamos
 soñado
 
 de
 niños.
 Cuando
 escuchamos
 a
 un
 intelectual
 de
 izquierdas
 eructar
 sobre
 la
 barbarie
 de
 las
 bandas
 juveniles
 que
 increpan
 a
 los
 transeúntes
 en
 la
 calle,
 roban
 los
 escaparates,
 incendian
 los
 coches
 y
 juegan
 al
 gato
 y
 el
 ratón
 con
 los
 CRS,
 recordamos
 lo
 que
 se
 decía
 de
 los
 gamberros
 en
 los
 años
 1960
 o,
 mejor,
de 
los 
apaches 
de 
la 
“Belle 
Époque”:
“Bajo
 el 
nombre 
genérico
 de
 apaches
 –escribe
 un
 juez
 
 del
 tribunal
 de
 la
 Seine
 en
 1907‐
 ,
 está
 de
 moda
 llamar
 desde
 hace
 algunos
 años
 a
 todos
 los
 individuos
 peligrosos,
 
 pandillas
 de
 reincidentes,
 enemigos
 de
 la
 sociedad,
 sin
 patria
 ni
 familia,
 desertores
 de
 todas
 las
 tareas,
 prestos
 a
 los
 golpes
 de
 mano 
más 
audaces, 
a 
cualquier
a tentado
 contra 
las 
personas 
o 
las
 propiedades”.
 Estas
 bandas,
 que
 evitan
 el
 trabajo,
 toman
 el
 nombre
 de
 su
 barrio
 y
 se
 enfrentan
 a
 la
 policía
 son
 la
 pesadilla
 del
 buen
 ciudadano
 individualizado
 a
 la
 francesa:
 encarnan
 todo
 aquello
 a
 lo
 que
 él
 ha
 renunciado,
 toda
 la
 alegría
 a
 la
 que
 él
 ya
 no
 accederá.
 Resulta 
impertinente 
existir
 en
 un 
país 
en 
el 
que
 un 
niño
 que 
se 
pone
 a
 cantar
 es
 desairado
 inevitablemente
 con
 un
 “¡cállate,
 que
 vas
 a
 hacer
 llover!”,
 donde
 la
 castración
 escolar
 descarga
 un
 tenso
 flujo
 de
 generaciones
 de
 policías
 empleados.
 El
 persistente
 aura
 de
 Mesrine
 mancha
 menos
 su
 rectitud
 y
 su
 audacia
 que
 el
 hecho
 de
 haber
 emprendido
 la
 venganza
 de
 aquello
 de
 lo
 que
 todos
 deberíamos
 vengarnos.
 O
 más
 bien
 que
 deberíamos
 
 vengarnos
 directamente,
 allí
 donde
 continuamos
 dando
 rodeos,
 difiriendo.
 Pues
 no
 ofrece
 duda
 que
 por
 mil
 bajezas
 inadvertidas,
 por
 todas
 las
 clases
 de
 murmuraciones,
 con
 una
 pequeña
 y
 fría
 maldad,
 con
 una
 venenosa
 cortesía,
 el
 Francés
 no
 cesa
 de
 vengarse,
 permanentemente
 y
 contra
 todos,
 del
 aplastamiento
 al
 que
 se
 ha
 resignado.
 Era
 el
 momento
 en
 que
 el
 ¡jode
 al
 policía!
 toma
 el
 lugar
 del
 ¡sí,
 señor
 agente!
 En
 este
 sentido,
 la
 hostilidad
 sin
 matiz
 de
 ciertas
 bandas
 no
 hace
 sino
 expresar
 de
 una
 manera
 un
 poco
 menos
 sorda
 el
 mal
 ambiente,
 el
 mal
 espíritu
 de 
fondo,
 el
 deseo
 de
 destrucción 
salvadora 
en 
la 
que 
se
 consume 
el 
país.

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