Friday, January 15, 2010

nuevo y viejo

algo que no comenté sobre mi viaje, y que se extiende creo al resto de los dias festivos fue la experiencia en parte asombrosa y en parte totalmente natural de vivir una semana con una amiga de la infancia, que vi una sola vez en los ultimos 22 años y me alojo en su casa como si nos hubieramos compartido una clase ayer.

bueno a teresa la conoci a los 7 años, cuando ella llegaba de corea con su familia y era depositada en nuestra aula escolar. teresa no hablaba español (habia pasado tiempo en buenos aires pero un periodo en corea le habia hecho lvidar el idioma), sin embargo desde el principio teresa era extremadamente dulce y habia muchas juegos que hacer que no necesitaban del lenguaje. eso igual duro poco, un mes despues tere hablaba sin parar. a los dos años tere escribia unos cuentos buenisimo, y era de mis mejores amigas, hacia dibujitos coreanos increibles, nos invitaba a comer sushi en sus cumpleaños, jugaba al elastico con una destreza superior. pero mas alla de lo que hacia me acuerdo reirme muchisimo y aprender mucho con ella. en el anteultimo año de la primaria, trasladaron a su familia a mexico, (su padre trabajaba para la embajada).

fue una de las pequeñas trajedias de la primaria. estuvimos meses (no recuerdo cuanto pero fue muy largo) tristes y despidiendola. como parte de las promesas de la despedida todxs anotamos direcciones en un papel y se lo pasamos. unas semanas despues llegaba la primer carta extensa a la vez a mi y otros de sus amigxs. asi empezo una correspondeencia super intensa. relatabamos la vida, protestabamos de lo que no nos gustaba (ella odiaba mexico al principio), hablabamos de como cambiaban las cosas durante la entrada a la adolescencia (momentos odiosos si los hay), mas adelante de novios y chicos. en las cartas incluiamos todo lo que podiamos, papeles de carta en hermosos y en blanco para que la otra responda, papeles de caramelo, pequeños dibujitos. las cartas, de múltiples páginas cada una, fueron y vinieron hasta que tuvimos 18 años, por el año 94, aproximadamente. tere se volvio a mudar, esta vez a corea, por que nuevamente trasladaban a su familia. empezaba la universidad alla y tenia que ponerse al dia con los planes de estudio allá.

Diez años despues y con el mail funcionando me llego un mensaje de un compañero de la primaria que nos contactaba a todos por que se habia encontrado a teresa en nueva york. meses después atendí el telefono en mi casa de san telmo y me encontré con la vos de teresa, igual de suave y con la misma naturalidad arreglamos para encontrarnos. tomamos un cafe y caminamos por la feria de san telmo, y despues fuimos a lezama, y de ahi a un par de negocios, y cuando se hizo de noche compramos algo para comer y volvimos a casa. en ningun momento nos quedamos sin tema de conversacion, de la vida y las relaciones, a los temas de su tesis sobre el racismo en la construccion de la argentina (en cult stud).

No fue tanto despues de todo caer 5 años despues en su casa de philadelphia, donde vive con su pareja, y donde trabaja (a unas hs) como profesora en el depto de español. De nuevo una semana de hablar de la vida, sobre temas triviales como la tele, a la historia personal de cada una, la izquierda en corea y en argentina, el machismo y los padres. Fue raro entonces trasplantarme del trabajo de campo al norte y sus comodidades, pero ademas, caer en medio de la academia en sus esplendor frenetico en el congreso norteamericano, y saltar por las noches a la intimidad de la cocina y de charlas que retomaron años de trayectorias. el ultimo dia mi amiga encontro unos papeles, un cartel que le deseaba feliz viaje hecho en hoja de carpeta hace 22 años. era obvio que nosotras ibamos a estudiar sin parar (nadie mas hizo doctorados). dijo mirando el papel. en serio te parece? y si.

no se si existe nada como una identidad que se mantenga, pero calculo que a veces uno cambia cordinadamente o en paralelo y pasan estos encuentros donde no se arranca de cero pero tampoco es solo volver al pasado.

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