Tuesday, November 23, 2010

Kusch 1994. Indios Porteños y Dioses

Henos aqui que ya estamos dispuestos a volver. Hemos tomado el tren en La Paz y dentro de seis días estaremos en Buenos Aires.
Nos resulta grata la idea del retorno. Volver a casa es como regresar al paraiso. Ah{i nos alberga el confort, los utensilios, amables, la heledera, los libros, los trajes. Luego los vecinos, los compañeros de trabajo, los amigos, los lugares donde nos divertimos los sábados y las calles preferidas o el cafe de siempre. As{i vamos recobrando nuestra pulcritud y empezamos a usar la mejor idea del hombre aprendida en Buenos Aires. Creemos nuevamente en la justicia, en el derecho, en el amor, en el progreso, y en la cultura.
Esto lo comprendi en Oruro. (72)
Y al fin la Quica. Hemos Cruzado la forntera. Ya estamos con un pie en casa. En los labios nos brota una zamba. Compramos unas empanaditas en la estaci{on. Respiramos orden y paz. ... hasta nos brota una fórmula, dos pronombres: "ellos y nosotros". ahora estamos en lo nuestro, allá en Buenos Aires volvemos a ser "nosotros", mientras que ellos se quedan aqui.(73) ... Al fin pasa el tiempo y ya no contamos mas. VOlvimos a nuestra tareay caminamos por la calle. Y pensamos: "Nosotros" Qué quedo de ese nosotros? Eso lo dijimos en La Quiaca. Y acá?... Que curioso: cuando pensamos nosotros, en verdad pensamos en yo y la gente?.. podriamos insistir en que de cualquier manera tenemos que progresar y hacer cosas en Buenos Aires... Pero estamos o no en el paraíso que soñamos encuando volvíamos en el tren? Decir que no sería ponernos le taparrabo del dicho del porteño y nosotros no estamos dispuestos a ponerlo. Aqui de ninguna manera somos indios. Somos cultos y progresistas. Sí pero detrás del arbol con vergüenza y miedo. (74)
Recuerdo la ultima mirada que echamos a Bolivia desde la Quiaca. ... con sus indios tímidos encerrrados en sus comunidades y trabajando como bestias... Ahi estaba un mundo de esfuerzo y de heroismo que seguía luchando, deteniendo siquiera un tren para ofrendar a a la locomotora, todos heroicos, silenciosos y fuertes. Y nos invadía una rara sensación, como si nos hubieran echado, como si no nos necesitaran y nos hubieran segragado desde el primer momento en que pisamos su tierra, y sin embargo con esa firme conviccion de haber dejado ahi a la mitad del hombre, al otro lado de la frontera, del lado de ellos, y de que nos habíamos venido sólo con la otra mitad, la que llamamos nosotros. ...
del otro lado de la forntera habia indios que lloraban en las iglesias... Sin embargo, nos pasamos varias horas en el café viendo desfilar gente, nos vamos el domingo al futbol y el sabado nos jugamos enteros en algún baile al compás de un tango. De que lado de la forntera está esto? Acaso está también del lado de allá? (75)

Y todo esto no es jugar al indio otra vez? Realmente ya no sé que pensar. Parece que al volver a Buenos Aires volvíamos a Bolivia, y al viajar a Bolivia descubríamos a Buenos Aires. Seguramente debemos ser una misma cosa y y nadie nos contó que era así. Qué empeño por separara las cosas en América y qué maravillosa capacidad para escabullir el fenómeno del hombre.
Pero que es un ser humano? Consiste realmente en estar a medias eb un lugar muy limpio y nada más? O un ser humanos es el que tira un cabo a la noche, a la suciedad, a la fe, para ver si consigue juntarse con su otra parte?...

Pero si es cosa de ofrecer simplemente un cigarriollo oara que todos recobremos nuestra humanidad y nos dejemos de empujar. Claro que para eso habría que salir de detrás del árbol- Pero a todos nos gusta andar escondidos por que tenemos mucho miedo en la gran ciudad....

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