Llegué al momento en el que tengo que explicar en la tesis la trayectoria del Chaco a Buenos Aires. Por supuesto toda a bibliografía y todos hablamos de los motivos económicos y territoriales que empujan a los tobas afuera del Chaco. Sin embargo estoy tratando de centrarme en la otra dimensión de estos movimientos. Y los relatos de la gente con la que trabajé me recuerdan que mi obsesión teórica con entender de que va la discusión sobre el afecto no sale de la nada.
Por ejemplo Lorenzo me explica claramente que llega a Buenos Aires por trabajo. Pero cuando me describe el momento de su migración se cruzan varias otros motivos. Lorenzo es hijo de un cacique importante, de los últimos en concentrar el mando de varios grupos. Es el hijo menor y según el algo así como un preferido de su padre. A los 11 años el padre muere. Antes de morir le intenta pasar poder sobrenatural pero los hermanos mayores celosos de la relación le impiden la entrada al cuarto donde el padre moría e impiden la transmisión. Como suelen hacer ante la muerte, todos abandonan la casa. La madre se recluye con hermanos en otra localidad y lo deja al cuidado de una tía y un tío. A partir de ese momento Lorenzo queda solo y arreglándose por su cuenta. Empieza a trabajar para el ingenio de azúcar, viaja solo, decide donde va a vivir, e incluso se enfrenta solo a seres no humanos que lo persiguen a donde vaya. Pero vive sin guía, sin nadie que lo aconseje. Según sus propios relatos por estar sin guía deja el colegio, deja pasar oportunidades, es ingenuo y se deja engañar por compañeros. Esa sensación de desamparo lo marca de por vida.
Entonces su relato de como decide irse a Buenos Aires solo se entiende en ese contexto. Llega la temporada de cosecha en el ingenio y el se presenta a trabajar y le niegan el trabajo. Pero el ve como mucha gente que ha viajado hasta allí para trabajar es empleada. A el, por algún motivo solo le dan unas pocas horas de trabajo. Los capataces que lo conocían a él de varios años, que lo conocían al padre me explica, lo dejan solo "solito", hace silencio largo, sin trabajo pero también desamparado. Se cansa, piensa que no puede ser que no le den trabajo, toma una dirección que un conocido de paso por las palmas y entonces en buenos aires, le dio y parte a la ciudad en tren.
Al mismo tiempo, y como me sorprendió el relato de Lorenzo en varios puntos, aparece una dimensión de lucha política pero que apenas deja escurrir en su relato y lo presenta como algo menor. Desde mi perspectiva acciones que demuestran coraje y convicción, el las presenta como detalles no relevantes. Así me contará que estaba con dolor en el pecho (quizás por eso no le dieron trabajo?) y con ayuda del gremio, llego preparado a presentar una devanada a la compañía de azúcar. Sin embargo los papeles médicos que trae se queman en un incendio a los pocos días de haber llegado a la isla maciel y nunca inicia la demanda. Lo mueve algo mas allá del desempleo en si y que es el afecto de haberse quedado sin trabajo, la sensación de injusticia y desamparo (si puedo nombrar los afectos) y el enojo (bue pero jaca hablamos de nuevo codificando el afecto y hablo de una emoción, digamos que algo anterior al enojo y también una forma mas bien distinta de lo que seria enojo al menos para mi) de que el ingenio no de respuesta ni reconozca su enfermedad.
Imagen de http://neuronasquemadas2009.blogspot.com/2010/07/made-in-argentina.html
Bueno ahora de vuelta a la tesis.
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