Sunday, January 28, 2007

span 490 no mucho que decir

Bueno no se que comentar de esta primera mitad del libro. mmm, siento que estuviera leyendo un libro de catecismo. absolutamente literal. escrito sin ninguna posibilidad de encontrar algun sentido que no sea el que el narrador pretende mostrar. acciones y enseñanzas que se repiten varias veces como para que nos quede claro a los lectores lo que tenemos que aprender. me intriga pensar qué es lo que hizo al libro un boom de venta. que es lo que generó que la gente encuentre en este libro algo que tanto "necesitaba." que deseo hay detras de comprar masivamente el alquimista? volver a sentirse interpelado por una narrativa de libertad personal posible? volver a las fabulas iluministas y al sueño de controlar el destino propio? una cercanía a Dios (que se menciona muy seguido como un hecho) que algunos autores dirían añoramos desde que nos ocurrió la modernidad? poder salir de la jaula de hierro? eee en fin. no deja de ser una fabula que habla de tesoros, el patrimonio de ovejas que el muchacho (que tiene mas de 16 años pero se presenta como semi inocente aun, creyendo en sus sueños) cede para cumplir con su sueño, la mujer que podría ser pero deja atrás tambien por su tesoro en las pirámides. y el personaje tiene esa tension constante entre confiar y ser listo, soñar y logar su objetivo, ceder su capital pero tener lo necesario para su viaje. insisto en que parece un libro de catecismo, el pastor, las ovejas, las moralejas constantes. podría hablar de geografías y como a pesar de aspirar a una especie de universalismo moral este libro mantiene algo del rótulo de literatura Latinoamericana, pareciera que Cohelo, como autor, se pone a sí mismo en el rol de guía espritual de la humanidad y no hay duda (pareciera decirnos) que un guía espiritual tiene que venir de un lugar marginal, una profesía latinoamericana- cristiana de que el elegido que nos guiará para redimirnos, nacerá humilde. respeto la vida y trayectoria de Cohelo, pero calculo que prefiero leer la biblia.

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